Tu salud no está determinada por tus genes, puedes tener una predisposición genética para desarrollar ciertas enfermedades pero tu ADN no es el principal determinante de lo que pasa con tu salud.
El 90% restante está determinado por factores no genéticos (llamados exposoma) a los que estamos expuestos durante toda la vida. Estos factores no genéticos como el estilo de vida, la alimentación y el medio ambiente pueden afectar la expresión y actividad de los genes y determinan nuestra salud.
Tú tienes el poder para activar o no tus genes, esto se llama epigenética.
El prefijo griego “epi” significa encima-sobre, es decir, por encima de la genética. En tus manos está evitar la expresión de aquellos genes que afectaron a tu familia y evitar repetir la historia.
El 90% de tu salud está determinada por lo que comes, como vivas y a lo que estás expuesto.
El Dr. Francis Collins resume la relación entre la genética y el exposoma en esta frase:
“Tu genética carga el arma. Tu estilo de vida tira del gatillo.”
Un arma cargada no hace daño hasta que se apriete el gatillo, es decir, los genes que heredamos no van a determinar nuestra salud si tenemos una adecuada alimentación, un buen estilo de vida y reducimos dentro de lo posible las exposiciones ambientales.
Lo más importante es saber que tenemos el control, no somos víctimas de nuestros genes. Somos responsables activos de nuestra salud y tenemos la opción de regular la expresión genética a través de la dieta, estilo de vida y exposición ambiental.
Implementar cambios puede ser difícil y en muchas ocasiones aunque exista la firme intención de hacerlo no sabemos cómo, por esto es importante la guía y acompañamiento de un coach en salud y nutrición.
El sueño impacta dramáticamente tu salud, te ayuda a mantenerte delgado, controlar los niveles de azúcar y mejorar el estado de ánimo. No dormir puede llevarte a desarrollar enfermedades cardiovasculares, depresión, tener pobre función del sistema inmune y hasta disminuir la expectativa de vida.
Una vida sedentaria afecta tu peso y aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovascular.
El estrés está relacionado con inflamación crónica y está con el tiempo es el origen de enfermedades crónicas.
Muchas veces es igual de importante “detoxificar las emociones”, perdonar, terminar relaciones tóxicas y agradecer por todo lo que tenemos en nuestra vida.